domingo, 22 de mayo de 2011

Nota medio escrita.

Miércoles por la mañana, abre los ojos esperando que la claridad no la ilumine. Y allí la ves, tan frágil y blanca como un papel, con la esperanza de que las cosas puedan cambiar. Su mente se inunda de pensamientos, de los cuales la mayoría la atan a recuerdos. Pasado oscuro que no la deja avanzar, que la mantiene mirando hacia atrás, pensando en aquello que jamás volverá. Mira por la ventana y nota la lluvia caer, frota sus manos y el tacto la hace estremecer. Advierte una voz que viene de su interior, aquella niña que habita en su ser la llama, le pide que se levante de la cama. Con la frente baja se dirige hacia el espejo, sin poder reconocer su reflejo nota la tristeza que habita en su cuerpo. Es en ese instante en dónde todo se derrumba, una tarde más que promete ser igual a las demás. Quemándose la cabeza por aquello que no va a volver, por una historia que programo su ser, por un amor que dejo de crecer.
Cómo explicarle que algún día todo esto cambiará? Que al finalizar la tormenta, el sol saldrá? No quiere dejar de llorar, piensa que sus penas jamás cesarán. Su mundo es su habitación, y nadie más que ella esta en el interior, no escucha más que su propia voz, y la de la niña que se encuentra en su corazón.
 No tengo la cura para tu roto corazón, no tengo un antídoto que calme tu dolor, lo único que sé es pedirte perdón,  prometerte estar aquél día en que salga el sol.

1 comentario:

  1. buen texto. te invito a visitarme a
    http://christianyamao.blogspot.com/
    un saludoo

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