miércoles, 21 de noviembre de 2012

Vida.

En el ranking de las cosas más doloras en ésta vida, aparece el fingir un amor inexistente. Pretender querer a una persona a sabiendas que en tu cuerpo y alma habita un gran amor que, sin pagar rentas, se apropia de todo tu ser. Aquél momento insufrible que padecemos al ir a la cama con alguien que verdaderamente te quiere, pero que nosotros no podemos brindarle nuestro corazón porque, muy a nuestro pesar, ha sido tomado sin previo aviso y sin devolución, nos convierte en personas sumamente miserables e infelices. Saber que en algún lugar de éste mundo se encuentra aquella persona por la que podríamos lanzar todo por la borda, nos mantiene presos en un laberinto sin escapatoria. Más aún nos apresa que aquél amor sea totalmente imposible, que por cuestiones de la vida misma no se pueda concretar, no se pueda llevar adelante.. Es incalculablemente doloroso y desesperante. Pero no podemos pasar el resto de nuestros días esperando sentados; el tiempo jamás se detiene, no nos espera. Debemos correr riesgos, intentar, por más que vivamos caminando con el viento en contra.
Es muy escaso el porcentaje en el que el amor es totalmente correspondido, cuando dos personas se quieren por igual y consiguen estar juntas a pesar de las adversidades. Los demás entramos en el gran número de las personas que estamos con alguien para intentar olvidar, o superar, a otro amor, pero por más que pasen años, y conozcamos unas tantas camas, no conseguimos pasar aunque sea un minuto de cada día sin pensar en él.
'En la superficie podremos parecer seres felices e indestructibles, pero por debajo nunca dejaremos de ser totalmente miserables'.

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